Biografía de Charles Baudelaire

Nació el 9 de abril de 1821 en París, Francia, hijo de Joseph-François Baudelaire a los 60 años, el cual tuvo varios oficios, como sacerdote, preceptor, funcionario del Senado francés y dibujante, y le enseñó a Baudelaire las primeras letras, y de Caroline Dufaÿs, que no llegaba a los 30 años al nacer Baudelaire, era hija de emigrantes franceses a Londres durante la revolución de 1793. Ella se encargó de enseñarle inglés a su hijo.
Fue criado por la sirvienta de la familia. Se conoce muy poco sobre ella, Mariette, pero se intuye que debió de tener gran peso en la familia, puesto que Baudelaire la recuerda en un poema aparecido en Las flores del mal, de la cual hablaremos más adelante.
Su padre murió cuando él tenía solo cinco años y su progenitora se casó con el coronel Aupick, un hombre al que Baudelaire odiaba.
Cursó estudios en el Collège Louis-le-Grand del que fue expulsado, y parece ser que por entonces contrajo la sífilis, cuyas secuelas arrastraría hasta el final de sus días. Además, en esa época se inició en el mundo de las drogas y el alcohol, cosas que se ven reflejadas en sus obras posteriores.
Los constantes escándalos del poeta, quien ya empieza a escribir sus primeros versos, hacen que su padrastro lo envíe a la India en 1841.
Llegaría hasta la isla Mauricio y regresó a París en 1842. Volvió con dos poemas, posteriormente incluidos en "Las flores del mal": "A una dama criolla" y "El viaje".
Empezó a relacionarse con Jeanne Duval, actriz y bailarina mulata nacida en Haití. Fue su musa desde 1842 y permanecieron juntos, aunque de manera tormentosa, durante las siguientes dos décadas.
También en 1842 heredó la fortuna de su padre biológico, lo que le permitió disfrutar de una vida de lujo. Las grandes sumas de dinero que gastó en su apartamento del Hôtel Lauzun y su estilo de vida decadente le dieron fama de excéntrico e inmoral y le endeudaron para el resto de su vida.
En 1864 abandona París cansado de la presión ejercida desde los sectores más rígidos de la sociedad y se establece en Bruselas, donde apenas gana suficiente como para vivir. Su salud empeora, afectado de sífilis sufre varios ataques que minan su capacidad para el habla. Muerto en 1867, Baudelaire sería aclamado por generaciones posteriores como uno de los más grandes autores de poesía de todos los tiempos y el poeta de mayor impacto en el simbolismo francés.

Perteneció a movimientos tales como el romanticismo y el simbolismo, y justamente el primero toma muy en cuenta el lugar en el que estoy parado hoy.
El romanticismo es un movimiento cultural que surgió en Alemania y Reino Unido a finales del siglo 18 y que se desarrolló en las primeras décadas del siglo 19 durante la Revolución Francesa. Por lo que se considera que esto fue el resultado de la profunda crisis social e ideológica que atravesó a Europa durante esa década.
Como modo de caracterizar al hombre romántico, se puede decir que este es un hombre indivualista, puesto que defiende sus ideales contrariamente al mundo que lo rodea y que no logra ccomprenderlo, conjuntamente a esto es libre, rechaza todas las reglas, tanto sociales como literarias, lo que indica también un modo de ser rebelde. También es nacionalista, ya que exalta lo peculiar de su país, sus tradiciones, culturas y leyendas. Idealista, de modo que busca el amor, la felicidad y la justicia social, pero es un hombre angustiado, un hombre que se siente solo, incomprendido, no encuentra respuesta a sus ideales y entra en un estado de angustia, por lo que opta por la evasión. Esto es de gran importancia, porque esta evasión se representa en una huida a mundos lejanos o ideales, surge un interés por lo misterioso y ahí es donde se manifiesta el gusto por una escenografía tal como la noche, los ambientes sepulcrales, las ruinas, los cementerios, las calles de las viejas ciudades medievales, los sueños etc.

Por otra parte, el simbolismo aparece vinculando lo espiritual, manteniendo las bases del pensamiento romántico, el cual sostiene que el poeta es el creador de una nueva realidad y no un mero imitador. A grandes rasgos, el simbolismo busca sugerir los objetos en lugar de nombrarlos de forma directa. Los simbolistas se proponían descifrar los misterios del mundo a partir de la búsqueda de correspondencias entre los objetos sensibles, y del uso de imágenes que permitieran expresar diferentes emociones. Para ello usaban un alto contenido de símbolos, tales como la figura de la mujer, los lirios como la delicadeza, cisnes, pavos reales, paisajes, etc. Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Paul Verlaine fueron algunos de los precursores del movimiento, que se extendió desde la literatura hacia la pintura, la escultura y el teatro.  

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